CENTRO CULTURAL SAN FRANCISCO SOLANO
CENTRO CULTURAL SAN FRANCISCO SOLANO. LA VISIÓN CICLOPEA
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LA VISIÓN CICLOPEA*

Naudy Henrique Lucena

En el relato Homérico de la Odisea1 la comunidad de los Cíclopes vivían modestamente en una isla y por lo tanto aislados, pero paradójicamente no era una sociedad cerrada sino medianamente autosuficiente, de hábitos comunes y de desarrollo simple; comían el loto sin temor a entrar al olvido que este fruto produce, así como nosotros comemos el frijol Chino para engañar el hambre y la mayoría parecía vivir de la naturaleza sin tener necesidad de trabajar, al menos así parecía al narrador-observador y su organización social, era primitiva y básica, cada cual procuraba reinar sobre sus hijos y sus mujeres, sin dudas era menos represiva y autoritaria que las actuales organizaciones y muy solidarios en su ámbito de convivencia , porque bastaba un llamado para que todos acudieran en su auxilio. Los ciclopes tenían una economía saneada y estable aun cuando no necesitaban trabajar. Contaban con vastos áreas marinas y territorios vírgenes, bosques y llanuras, ríos caudalosos y suelos húmedos, que no habían sido tomados por la minería ilegal o la más intensiva y legal pero que podían explotar llegado el caso y un mercado abierto y libre, con pocas relaciones publicas y sin ningún tipo de regulación ni obstáculos, cada quien halaba como quien dice su sardina; dedicándose a sus propios negocios de aquellos productos silvestres que allí se daban o llegaban a sus manos, aves, cabras y ovejas y por supuesto, tenían sus intercambios de comercio pre-capitalista con algunas mínimas contradicciones que proceden de las variaciones normales del mercado y del comercio pero todas manejables; quizá alguna leve dificultad con la distribución, pero sin entrar en un pánico que traspasara de cueva a cueva, ni tenían ese problema de la especulación y de la inflación inducida por manos invisibles del mercado y la más grave, la producida por las inclementes y despiadadas manos visibles de sus hermanos Ciclopes.

Canta o cuenta Homero que Polifemo, uno de aquellos habitantes nativos era un pastor de ovejas y cabras quién pudo ser un pre-empresario del campo muy destacado porque tenía una visión amplia que le daba su único ojo en el centro de la frente, lo cual lógicamente le proporcionaba un amplio poder de enfoque. Una concentración mental nada sub-estimable, aunque su visión era única su misión, dado el desarrollo de conjunto de su sociedad incipiente era reducido y de corto y mediano empuje, en un entorno limitado, aislado y que no habían alcanzado ni siquiera la idea de la autogestión generalizada ni tenían ideas de gobiernos sobredimensionados. Sin embargo, había diversificado su economía, incursionaba en la variedad de sus empresas, las cuales proyectaban ganancias aguas abajo; de la cría de ovejas y cabras, el procesamiento de la lana y la industria del queso de cabra y del vino. Su mundo daba señales de que alcanzaría una prosperidad estable más allá del éxito ; pero su sistema político tendía a ser, aunque ésta sea una hipótesis empírica y conjetural; un poquito anárquico, como de autócratas, no era demócrata o lo que se conoce como tal y como todo aquello que llaman gobierno no existía se sentía liberado plenamente del pago de impuestos y de cualquier vínculo de poder; podía dedicarse a peinar toda las áreas que estuvieran a su alcance para establecer sus negocios, hasta tenía grutas escarbadas con portones de piedras que abría y cerraba sin ninguna dificultad, esta gruta, si la imaginación da, hasta podría funcionar como un galpón industrial, tenían leyes, esto se infiere fácilmente del relato, pero eran ignorantes de la justicia que tales cosas encierran y jamás sentían la necesidad de usarlas y mucho menos obedecerlas; a menudo se tragaban las flechas y sus normas y convenios permanecían llenas de polvo; no tenían ágoras ni templos, ni Congreso alguno repartido en proporciones iguales entre hombres y hembras y mediante el cual pudieran fingir que representaban a una población imaginaria, simbólica y real, lo cual indicaba que permanecían fuera del sistema. No necesitaban estar luchando por una libertad, que es como ya sabe el deseo de los esclavos, porque estaban confiados en sus dioses y no parecían tener el stress de cualquier difusa ansiedad por alcanzar alguna cima de los montes y la igualdad o la competencia por alcanzarla no estaba en sus intereses, todo esto corrobora que era una sociedad completamente abierta y feliz, con grandes posibilidades de recrear, rehacer o eliminar antes de que apareciera, esas ideas cohesivas y dogmáticas, autoritarias y represivas y demás conceptos ganchos, iluministas y medievales que permanece en la conciencia pública y que han dado por llamar Democracia.

Aunque primitivos no estaban muy alejados de la verdadera libertad, sus modos de organización social les permitía reducir obviamente los costos de tener que mantener grandes aparatos burocráticos y sin estos o la idea de ello tenían equilibrado el insoportable peso del Estado Ciclope y se olvidaban de estar creando, inventando Instituciones y demás ingeniosos y laberinticos mecanismos de poder donde pudieran recoger y abrigar tantos monstruos de mil cabezas. El poder como se sabe es algo codiciable y tiene ejes y ruedas en permanente movimiento, y por supuesto, genera la insaciable y mortal fatiga que da la lucha por la sucesión cuando este poder, como una pelota, tiene que pasar de una mano a otra. Con la llegada de Odiseo, el forastero a la isla, el sistema ciclope se resintió ante la variedad. En el debate argumentativo de culturas enfrentadas que canta o advierte Homero, entre Odiseo y Polifemo se vislumbra el choque de ideas, la sucesión del poder y la conservación del mismo, una reflexión del vate que remite a otras esferas del conocimiento y de la imaginación social aun no alcanzada por la humanidad. Odiseo quizá, se convierte en un conservador, un ejecutivo pragmático sin límites que busca su propio interés semejante a una corporación empresarial y Polifemo, con su enfoque original, contrario a lo que se pudiera pensar tenía ideas avanzadas pero en retroceso que lo perfilaban como miembro de una sociedad competitiva de futuro incierto. Hasta su comportamiento religioso que en el fondo es el mismo político, parecía más bien liberado de cualquier prejuicio y sujeción moral que tal afiliación produce. Vivía un presente cultural bárbaro, eso sí, pero daban señales de otro creer, de transitar una vida rica en la variedad del pensamiento, con su lenguaje argumentativo defensivo o de ataque daba a entender al forastero que su visión del mundo procedía de otro subsistema cultural y que tenía una cosmovisión productiva y vital que contrastaba con la arrogancia del forastero. Hasta sus hábitos alimenticios podían ser variados cuando éste comprobó que era antropófago, al ver a Polifemo devorando a dos de sus navegantes como si fuera un pincho de carne asada. Odiseo no lo pudo intimidar con sus creencias y con el castigo de sus dioses si les hacía daño a él y al resto de sus compañeros, ya que argumentó que ellos no se cuidaban de dioses desconocido y mucho menos de aquellos que jamás respondían, de esa forma contuvo un poco la elocuencia del astuto Odiseo ducho en la diatriba verbal. Quién ante esta dificultad actuó como su programa cultural le había enseñado, así que armó, tramó, urdió una trampa, un engaño, semejante a lo que hoy en día se conoce como fakes new, falsos positivos y demás recursos políticos, un día disfrazado de oveja, cegó a Polifemo de su único ojo, y se quedó impune, confiado en que los ciclopes no iban a vengar a uno de sus miembros porque estaba convencido que aquellos barbaros no eran humanos. Y lo hizo de una forma sencilla, mediante astucia, logró penetrar el espacio mental de ellos y se infiltró en aquel medio, estudio sus costumbres, hizo su labor de espionaje y una observación detallada que le permitió conocer sus hábitos, sus horarios de descanso y hasta las horas de siestas; logró entrar a su gruta o cueva donde guardaba sus bienes, lo encontró dormido, tal vez borracho, y sin defensa y lo cegó. Cuando el ciclope le pregunta su nombre le dijo que se llama Nadie, así se hizo conocer ante la comunidad ciclope.

Toda comparación es lógicamente arbitraria porque se apoya en la fluidez de sus referencias , sin embargo funciona como un método conceptual sencillo para tratar de explicar incluso lo inexplicable, aun cuando no sea algo mecánico sino una metáfora, en el sentido de traslado de ideas, sobre todo de ganancias y pérdidas, desgastes y residuos, pero en todo caso es un modo en la multiplicidad de modos de explicar tantas interrogantes. Tal vez la sociedad Ciclope, una vez intervenida, entró a una etapa de destrucción programada. La ceguera instantánea de Polifemo, aunque no se crea puede ser un fenómeno social imprevisto que no sólo acontece a las personas sino que aunque parezca insólito, puede pasar también con las organizaciones sociales y sus Instituciones creadas. A todas les puede llegar un Odiseo que los ciegue por causa de la saturación compleja de políticas o por el uso de una claridad tan excesiva que en vez de ayudar también los ciega.

Naudy Henrique Lucena

*.Homero. Odisea. Espasa Calpe, S.A. décimo tercera edición. Colección austral.2000





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